Ganó el mejor, con propuestas claras y jugando limpio. Ganó la esperanza y ganó la memoria.
Ganó la nueva tendencia del progresismo y de izquierda.
Perdió la arrogancia, perdió el feudalismo y perdieron los "de buena cuna".
Perdieron los Medios de Comunicación que hicieron campaña a Lasso, perdieron su objetividad, transparencia y respeto.
Perdió la ciudadanía los espacios de información y orientación.
Perdió Vera, Cuesta y sus aliados.
Perdió el país derrochando recursos públicos en megas campañas de desinformación.
También perdió la derecha y su caduco discurso.
Ahora nos toca construir un nuevo escenario que aglutine al Ecuador en forma homogénea. A los candidatos les corresponde conectar con el pueblo.
La gran lección de esta contienda: opinólogos que deben retirarse, periodistas que no tienen credibilidad, partidos políticos sepultados y aquellos cadáveres políticos que resucitaron, que regresen a sus sarcófagos.
Perdieron todos quienes siguen fomentando el odio. Todos quienes se creen superior al resto de ecuatorianos.
