Es más fácil haber dejado pasar 48 horas para asimilar un resultado. Pues con más certeza puedo decir que aplaudo el proceso democrático que vivió nuestro país. La decisión de la gente tuvo una dirección, con porcentajes divididos, esas fueron las preferencias de los ciudadanos.
En Democracia, hemos atravesado el puente de la inestabilidad y la especulación. Llegamos a un clima de tranquilidad, porque hubo decencia y madurez, lógica y respeto para aceptar los resultados.
No ganó mi candidato, es verdad, pero marcó una gran raya de dignidad, capacidad y honestidad, que evitó repetir capítulos de violencia e incertidumbre.
La sociedad ecuatoriana festeja a un nuevo presidente, yo auguro nuevos días para el Ecuador. El señor Guillermo Lasso, entra a un Estado sin oposición, y eso es buenísimo. Los movimientos políticos se han presentado como conciliadores ofreciendo respaldar la gobernabilidad.
Ahora le toca a la prensa, su papel más difícil, volverse a poner la camiseta de periodistas, usar la pluma y el micrófono de la ética; generar confianza en la ciudadanía a través de la verdadera información.
Todos tenemos mucho que aportar al nuevo Ecuador. Por mi parte, siempre tendrán desde mis conceptos la objetividad; la defensa de la palabra y de los derechos.
Felicitaciones al nuevo Presidente y a su equipo.
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